Diez descansos de cocina.2008. Alfonso Reyes

...tampoco hay nada que esperar de la cocina cubista, moda de un día cuyas muestras pueden apreciarse en El festín de Esopo, fantasía gastronómica de Apollinaire. Por lo demás, estas innovaciones con frecuencia vienen de muy atrás. El roastbeef al tabaco, para sólo dar un ejemplo, recuerda el queso blanco espolvoreado de tabaco que se usó en la antigua Polonia; el Apicio Romano, citado por la chistosísima Lozana Andaluza, da ya la receta de un picadillo verdaderamente cubista; y Taillendier, maestro de cocina de Carlos V, parece que no les iba en zaga a los más audaces revolucionarios modernos. Victor Hugo, que era un inspirado de la culinaria como lo fue en la ebanistería, creaba paradójicas amalgamas —café con leche al vinagre, con algo de mostaza y Brie— que dejaban patidifuso a Théophile Gautier. Y hace muchos años, en México, cuando Torres Palomar era gerente de La Copa de Leche, acostumbraba desayunarse con un vaso de butter-milk, terciado de salsa Perrins y tomate.

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